La familia debe ser un lugar seguro para cuidar la vocación de nuestros hijos y donde haya un ambiente adecuado a lo que cada uno de ellos va descubriendo.
El Papa invitó a ser sensibles a la inspiración del Espíritu Santo, no rechazarla: ‘‘He sentido el deseo de hacer esto, de ir a visitar a ese enfermo o de cambiar de vida y dejar esto…”.