Francisco: Los cristianos tenemos Madre (la Virgen María)

El cristiano no tiene derecho ‘a ser huérfano’; tenemos Madre”, enfatizó el Papa Francisco a integrantes del Movimiento Católico Internacional de Schoenstatt y, con ellos, a todos los cristianos del mundo de hoy.

Al dar respuesta a una pregunta en torno la misión de la Virgen María en la Nueva Evangelización y en la renovación de la Iglesia, el Papa Francisco dio este lunes una cátedra sencilla, muy sencilla y aleccionadora, sobre la Virgen María, “Madre de Dios”, que bien pudieran ser aprovechadas por los mexicanos en estos momentos de violencia e inseguridad por los que pasa la Nación.

Y es que, sin menoscabo de ninguna advocación mariana, ¿cuántos mexicanos no habrán visitado los santuarios marianos más importantes del mundo, sin tal vez reparar que la Virgen María, Madre del verdadero Dios por quien se vive, tiene su casita en el cerro del Tepeyac, donde está presta a alcanzar los favores de su Divino Hijo a la humanidad afligida?

Para comenzar, el Papa Francisco cuenta una “anécdota muy dolorosa”:

En los años 80, en Bélgica, un matrimonio con varios hijos, todos católicos buenos lo invitó a cenar. Los hijos eran profesores de teología, y estudiaban mucho. Y, en un momento de la conversación, hablaban de Jesús, y desplegaban una verdadera teología, una cristología muy bien hecha. “Y al terminar me dicen: ‘Y, bueno, nosotros ya conociendo a Jesús, no necesitamos a María. Por eso no tenemos devoción mariana’. Yo me quedé helado. Es decir, me quedé triste, mal. Es decir, cómo el demonio bajo una forma de ‘mejor’, quita lo mejor”.

Y destacó aquí que “no se puede concebir ningún otro título de María que no sea (el de) ‘la Madre’”.

“Ella es Madre porque engendra a Jesús y nos ayuda con la fuerza del Espíritu Santo a que Jesús nazca y crezca en nosotros. Es la que continuamente nos está dando vida”, explicó el Papa Francisco.

No hay desperdicio en el mensaje del Papa Fancisco: “María es la que ayuda a bajar a Jesús. Lo trae del cielo a convivir con nosotros. Y es la que mira, cuida, avisa”.

Y subraya: “Una Madre cuida a su hijo hasta el fin y trata de salvarle la vida hasta el fin”. Y, para respaldar esta idea, cita que en el sur de Italia los devotos de la Virgen María –cultivadores de mandarina– cuentan su creencia de que, cuando lleguen al Cielo, Ella observa la fila formada frente a las puertas del Paraíso, “y cuando los ve a algunos de ellos, ‘les hace así’ con la mano y les dice que no pasen, que se escondan. Y a la noche, cuando está todo oscuro y no está San Pedro, les abre la puerta.

¿Por qué no escuchar al Papa y pedir la intercesión de Santa María de Guadalupe en esta hora de crisis de México?, ¿qué, no es Ella nuestra Madre?

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